Cansado
jueves, 21 de enero de 2010
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Hoy estoy cansado. Sí. ¿Por qué no decirlo? Hoy me pasaría el día metido en la cama durmiendo y leyendo. Pero no puedo. Eso, hoy en día, me parece un lujo inalcanzable. Ayer tuvo una tarde extremadamente tranquila. Y me pareció demasiado bonito para ser verdad. Hasta las diez de la noche, que es cuando empezó con angustia y confusión de nuevo. Y yo, que ya la tenía metida en la cama y estaba pensando en las dos horitas de relax que podría tener antes de acostarme -para escuchar música, verme un par de capítulos de alguna serie que sigo en internet o trabajar en mi libro-, supe que ya me podía olvidar de mis ciento veinte minutos de entretenimiento personal. Le puse la televisión del dormitorio, me tumbé en la cama junto a la suya y esperé. Y esperé. Y esperé. Y al final se durmió a las 12.30. No sin antes insistir en que a ella no le operaba nadie y levantarse un par de veces para saber en qué número de habitación estaba yo. Acabábamos de ver un capítulo de la serie 'Early Edition' en la que operaban a un personaje.
Me acosté a las 3.30. Porque claro, una vez ella se duerme, yo recojo lo de la cena, pongo alguna lavadora, preparo la medicación del día siguiente, contesto mails, y básicamente, dedico un tiempo a mi vida. Por lo que, cuanto más tarde se va a dormir ella, más tarde me voy a dormir yo. Aunque la diferencia está en que ella duerme siempre sus ocho o diez horas de una manera u otra, y que yo acabo durmiendo muchas menos si en vez de dormirse a las 21.30, lo hace a las 12.30.
Esta mañana a las 9 ya estábamos en pié. Así que sigo con mi ritmo insano de tener sólo 5 horas y media al día para dormir. Y eso que tomo pastillas.
Pero qué os voy a contar que no hayais vivido o estéis viviendo.