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Un poema

viernes, 8 de octubre de 2010 0 comentarios



Hay momentos que se viven con la pena del recuerdo.
Hay instantes que se olvidan con el paso del tiempo.
Hay lecciones que se aprenden con la fuerza de lo eterno.

Y yo me acuerdo, de tu nombre, tu pasado y tu silencio.

Tú, simplemente te olvidas de quién has sido.
Y de todo aquello que un día te dio sentido.

Olvidar, quizás, es un gran regalo, un don divino.
No un doloroso castigo. 
Imagino.

Sin sentido, sin recuerdos, sin memoria, 
ni aprendizajes a los que tristemente aferrarte,
sencillamente existes flotando en la pura inconsistencia
del misterio incoherente de la vida y del destino. 

 Mas sintiendo y deviniendo con la esencia de los años,
sumergida en los puros sentimientos del amor, la inocencia
y del antaño. 

El recuerdo ya no es relevante. 
Eres.
Tan sólo eres.
Y eso es lo más importante.

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Relax




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Cuidadores octogenerarios



Éste es un artículo publicado hoy en la web del Diario Sur y está escrito por la periodista Gema Martínez:

· El 12% de los cuidadores de enfermos de alzheimer son octogenarios · 

Han cumplido los ochenta y tienen a su cargo a personas con una patología que les agota y consume las pocas fuerzas que les quedan. 

La presidenta de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer, Paloma Ramos, recuerda uno de los casos a los que se ha enfrentado en estos más de veinte años a cargo de la entidad: Él tenía 82 años; ella más de 70. Él estaba en su sano juicio; a ella, ya hacía muchos años que le habían diagnosticado alzheimer; él estaba agotado de tanto cuidarla; ella, físicamente, estaba mejor que él.

«La situación nos preocupaba porque temíamos lo que podía ocurrir, hasta que, efectivamente, él sufrió un infarto. Recurrimos a los servicios sociales comunitarios, que buscaron una residencia para ambos», recuerda Paloma Ramos.

No es un caso aislado. Según los estudios realizados por la asociación, el 12 por ciento de las cuidadoras -el 99% son mujeres- de personas con diagnóstico de alzheimer han cumplido ya los 80 años. Teniendo en cuenta que en la provincia hay unas 20.000 personas con esta demencia y que el 80 por ciento está a cargo de familiares, estaríamos hablando de que más de 2.000 personas octogenarias están a cargo de enfermos con esta grave patología.

«Son personas que están para que las cuiden a ellas; que en muchos casos no entienden la enfermedad; no pueden comprender su mecanismo, y que se desesperan», dice Paloma Ramos.

En base a su dilatada experiencia, la presidenta de la asociación no duda en afirmar que este estado de desesperación lo alcanzan antes los hombres que cuidan que las mujeres que cuidan: «Parece que las mujeres estamos más acostumbradas a aguantar. Muchas cuidadoras aplican de forma extraordinaria la intuición. En cambio los hombres tienen menos herramientas para hacer frente a una enfermedad degenerativa y que puede llegar a durar hasta veinte años hasta el desenlace final». 

El peso principal

En ambos casos y aunque exista una ayuda por parte de la administración o de algún familiar, estas personas que ya han cumplido los ochenta son los cuidadores principales; es decir, son los que asumen el peso de los cuidados: «Normalmente, estos cuidadores piden, o la 'paga' para contratar a alguien por unas horas, o un centro de día, en el que el enfermo está ocho horas. Hasta las veinticuatro horas que tiene un día, restan dieciséis, que recaen sobre la persona octogenaria».

Hace algunos años, la asociación realizó un estudio en el que ponía de manifiesto que, llegados a un punto, los cuidadores se ven obligados a tomar incluso más medicamentos que los propios enfermos de alzheimer: «el familiar se desgasta, pierde su vida y a medida que envejece el enfermo, envejece él. Llega un momento en el que el cuidador está para que le cuiden», asegura Ramos.


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