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Una melodía...

martes, 3 de noviembre de 2009 0 comentarios




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Una imagen para el recuerdo...




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Ya lo sé


Ya lo sé. Me lo digo a mí. Y a ti, si dudas. Ya lo sé. Ya sé que la idea principal de este blog es el que sea fundamentalmente el diario de un cuidador. Ya sé que quieres leer más historias personales. Y que tienes miedo que este espacio acabe resultando un lugar con mucha información y poco sentimiento. No te preocupes. Aún lo sigo viendo como un cuaderno en blanco sobre el que escribir y reflejar mis pensamientos, mi día a día, y mis experiencias en primera persona, de lo que supone encargarse de una persona con Alzheimer. No me olvido. Lo prometo. Esa es mi finalidad. Sé paciente.

Así como le voy a poner garra y sentimiento, e intentar romper con el ridículo estigma y el absurdo tabú que rodean el tema, también considero importante compartir y ofrecer toda la información que he ido recolectando, que recogeré, y que espero que otras personas compartan conmigo por el bien de los que la buscan. Hoy en día, la información es extramadamente importante. Y toda la que intento aportar aquí, tiene un gran valor.

Aquellos cuidadores o familiares que lleven ya un tiempo lidiando con todo este mundo, estarán de acuerdo con que al principio, cuando uno se sumerge en estas aguas -o mas bien es empujado-, la gran necesidad y carencia, es la información. Uno invierte mucho tiempo hablando con psicólogos, neurólogos, psiquiatras y psico-neurólogos. Te pasan webs. Te pones en contacto con asociaciones. Te aconsejan. Te recomiendan libros, cuadernos y cursos. Pero aún así, mi sensación, es que falta cohesión y más centralización. El trabajo de investigación que tiene que hacer uno es infinito. Y opino, que cuanta más información reúnas, más poder te adjudicarás, menos dudas se te generarán, menos te cuestionarás, y los miedos que tendrás a errar o sentirte perdido desaparecerán.

Este blog ante todo será un diario. No creo estar alejándome de ese visión inicial. Y tampoco que al lector le moleste encontrarse con acceso a información compilada de diferentes medios y sectores serios, que pueda aportarle algo. En cuanto haya agregado toda la que en estos momentos tengo en mis manos, me encauzaré en entradas de carácter más personal. Lo prometo. Sé paciente. Todo a su debido tiempo. Paso a paso.

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Tres imágenes para el recuerdo...





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Aseo Personal


Bañar a la persona con demencia podría ser la actividad de cuidado personal más difícil para uncuidador. Para la persona con demencia, es fácil percibir la experiencia de bañarse como muydesagradable o amenazadora ya que es una actividad tan íntima. Por eso, es posible que griten, resistan o peguen.

Tales reacciones frecuentemente ocurren porque la persona no recuerda para qué sirve bañarseo no tiene la paciencia para las partes desagradables como la falta de modestia, teniendo frío u otras incomodidades. Las siguientes sugerencias pueden ayudar a hacer más fácil la actividad de bañar a una persona con demencia.

Sepa las habilidades de la persona 

Motive a la persona hacer todo lo posible solo, pero esté listo para ayudar cuando sea necesario. Determine la habilidad de la persona de:

• Encontrar el baño.

• Ver bien.

• Balancearse sin el miedo de caerse. 

• Alcanzar y estirar los brazos.

• Recordar pasos en el proceso de bañarse, siguiendo instrucciones o ejemplos.

• Saber usar los diferentes productos como jabón, champú, toalla, etc.

• Ser sensitiva a la temperatura del agua.

Prepare el cuarto de baño con anticipación 

• Tenga listas las toallas, el jabón y el champú antes de decirle a la persona que es hora de bañarse.

• Mantenga el baño caliente y cómodo.

• Use toallas grandes como las de playa que cubren a la persona completamente para darle privacidad y abrigo.

• Tenga a la mano una toallita para cubrirle los ojos del agua o champú.

• Asegúrese de que el jabón y el champú siempre estén al alcance. Use pequeños recipientes plásticos para el champú como los que dan en hoteles.

• Llene la tina y determine la reacción de la persona al entrar en la tina. Puede ser mejor llenar la tina después de que la persona esté sentada en ella.

• Use solamente 2 o 3 pulgadas de agua en la bañera.

• Considere en usar una regadera manual asegurándose que la presión del agua no sea muy fuerte.

• Monitoree la temperatura del agua. Recuerde que tal vez la persona no podrá diferenciar la temperatura del agua.

Enfóquese en la persona y no en la actividad

• Déle opciones a la persona con demencia. Por ejemplo, pregúntele si le gustaría bañarse ahora o en 15 minutos o si prefiere bañarse o ducharse. Usted podría decir “Vamos a limpiarnos” en vez de “Vamos a bañarlo.”

• Trate de que la persona participe en el proceso de bañarse. Por ejemplo, haga que tenga a mano una toallita, una esponja o una botella de champú.

• La persona puede percibir el acto de bañarse como amenazante. Si el individuo resiste a la idea de bañarse, distráigalo por unos momentos y enseguida inténtelo otra vez.

• Elogie a la persona muy a menudo por sus esfuerzos y cooperación.

• Siempre proteja la dignidad, privacidad y comodidad de la persona. Trate de hacerle sentir menos vulnerable al cubrirlo con una toalla grande al sacarle la ropa.

• Cubre o saque los espejos si la reflexión le da la impresión a la persona con demencia que hay un desconocido en el baño.

• Asegúrese de que la persona que ayuda a bañar al individuo con demencia sea alguien conocida y del mismo sexo.

• Sea flexible. Deje que la persona entre en la bañera o la ducha con su ropa puesta. Es posible que quiera desvestirse una vez que esté mojada la ropa.

• Ponga toallas encima del asiento de la ducha o encima de otras superficies frías o incómodas.

• Esté listo con actividades en caso de que la persona se agite. Por ejemplo, ponga música suave o cante con la persona.

Adapte el proceso 

Trate de fijar una hora específica para bañar a la persona. Si ella está acostumbrada a bañarse en la mañana, trate de mantener esa rutina para no confundirle.

• Use frases simples para ayudarle con el proceso de bañarse, tales como “Ponga sus pies en la bañera.” “Siéntese.” “Aquí tiene el jabón.” “Lave su brazo.”

• Recuérdele a la persona lo que hay que hacer. Diga “míreme.” Ponga su mano encima de la suya y guíe las acciones.

• Use un asiento ajustable en la bañera o en la ducha así la persona puede sentarse alducharse si le es más fácil.

• Lavar el pelo puede ser muy difícil. Use una toallita para lavar y enjuagar el pelo de la persona y hágalo en el lavamanos para minimizar la cantidad de agua en su cara.

• Asegúrese que estén lavadas las áreas genitales de la persona, especialmente si la incontinencia es un problema.

• Asegúrese de lavar debajo de los senos y donde la piel se dobla.

Simplifique el proceso 

• Haga bolsillos en las toallitas para poner el jabón.

• Use un jabón de multi-uso para lavarle el cuerpo y el pelo.

• Use un jabón especial que no se necesita enjuague.

• Use una esponja de malla de nilón; es más fácil hacer burbujas.

Considere alternativas 

• Lave una parte del cuerpo cada semana.

• Lave el pelo en otro momento o un día diferente.

• Alterne un baño de esponja con un baño más completo o una ducha.

No se le olvide el cuidado después del baño 

• Observe si hay áreas rojas sobre la piel de la persona como salpullido o llagas, especialmente si la persona sufre de incontinencia o pasa sentada o acostada por mucho tiempo.

• Haga que la persona se siente al secarla y ponerle ropa limpia.

• Asegúrese que la persona esté completamente seca. Seque a la persona usando palmaditas con la toalla en lugar de frotar.

• Use algodón para secar entre medio de los dedos de los pies.

• Use una loción para mantener a la piel suave y flexible.

• Use talco para el cuerpo bajo los senos y en las partes donde la piel se dobla. Si la persona se resiste al desodorante, trate de usar bicarbonato de soda.

Seguridad en el baño 

• Nunca deje a una persona con demencia sola en el baño.

• Baje la temperatura de su calefón para prevenir lesiones de escaldadura.

• Siempre revise la temperatura del agua, aun si la persona pone el agua en la tina sola.

• Siempre use un alfombra de baño anti- resbaladizo en la bañera o en la ducha.

• Instale barras y use un asiento en la bañera o en la ducha.

• Asegúrese de que el piso del baño esté libre de charcas de agua; considere instalar una alfombra.

Fuente: Alzheimer's Association

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Relación del Alzheimer y la Diabetes Tipo 2


¿A quiénes afecta la diabetes?

La mayoría de la gente que tiene diabetes tiene diabetes tipo 2, la cual se asocia con falta de ejercicio y el estado de sobrepeso. Usualmente afecta a los adultos.

A cualquier persona le puede dar diabetes. Pero los hispanos en los Estados Unidos tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 que otros grupos raciales y étnicos:

• El riesgo de desarrollar diabetes en algún momento durante la vida es mayor en los hispanos que en cualquier otro grupo étnico.

• Los hispanos corren casi el doble riesgo de desarrollar diabetes que los blancos no latinos.

• El número de diabéticos en la comunidad hispana es más del doble en personas que sufren de obesidad.

• Datos indican de que las personas nacidas en el año 2000, la diabetes afectará a la mitad de las hispanas, cuatro de cada 10 hispanos y afro-americanos, y una de cada tres estadounidenses en total.

¿Cómo afecta la salud la diabetes? 

Cuando la diabetes no se controla, demasiado azúcar permanece en la sangre. Con el tiempo, esto puede dañar órganos del cuerpo. Diabetes tipo 2 aumenta el riesgo de desarrollar las siguientes enfermedades:

• enfermedades cardiovasculares
• derrame cerebral (embolia)
• ceguera
• falla de los riñones
• problemas de los nervios

¿Cómo afecta el cerebro la diabetes tipo 2? 

La diabetes tipo 2 también puede hacer daño al cerebro. Comparado con las personas que no tienen diabetes, las personas con diabetes corren alto riesgo de desarrollar la demencia. Una persona con demencia tiene más y más dificultad en recordar cosas y en pensar claramente. La forma más común de la demencia es la enfermedad de Alzheimer. Otro tipo de demencia es demencia vascular. El mal de Alzheimer y la demencia vascular pueden, ambos, tener una conexión con la diabetes.

¿Cómo empieza la diabetes tipo 2?

Antes de desarrollar la diabetes tipo 2, una persona puede tener niveles de azúcar en la sangre que son más altos que lo normal. Un nivel alto de azúcar en la sangre puede ser una señal de resistencia a la insulina. La insulina es una hormona que ayuda a cambiar el azúcar en la sangre a energía. Eventualmente, debido a la resistencia a la insulina, el nivel de azúcar en la sangre aumentará y la persona desarrollará la diabetes. Niveles de azúcar en la sangre sobre 126 mg/dL son una señal de diabetes.

Las personas que sufren de una resistencia a la insulina tienen, a menudo:

• Una cintura grande (por lo menos de 40 pulgadas o 100 centímetros en los hombres y 35 pulgadas u 89 centímetros en las mujeres)

• Un nivel bajo de HDL, el colesterol “bueno”: menos de 40 mg/dL para los hombres y menos de 50 mg/dL para las mujeres

• Un nivel alto de triglicéridos (otra grasa sanguínea): sobre 150 mg/dL

• La presión arterial por arriba de 130/85

• Un nivel de azúcar en la sangre un poco más alto que lo normal:  sobre 100 o 110
mg/dL

¿Cuál es la relación entre la diabetes y el Alzheimer?

Los médicos no conocen todavía cuál es la causa del Alzheimer o cómo se relaciona exactamente con la diabetes; pero lo que sí saben es que resistencia a la insulina, un nivel alto de azúcar en la sangre o la diabetes pueden dañar el cerebro de varias maneras: 

• La resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2 aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y derrame cerebral, los cuales pueden dañar el corazón y los vasos sanguíneos. El daño de los vasos sanguíneos en el cerebro puede contribuir al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
 
• El cerebro depende de diferentes sustancias químicas que pueden perder su balance debido al exceso de insulina. Algunos de estos cambios pueden desencadenar el inicio del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

• Un alto nivel de azúcar en la sangre produce inflamación, la cual, puede dañar las células del cerebro y contribuir al desarrollo del Alzheimer. 

¿ Los medicamentos usados para la diabetes podrían ayudar a tratar o prevenir el Alzheimer?

Los científicos se preguntan si las medicinas usadas para la diabetes tipo 2 pueden ayudar a prevenir o tratar la enfermedad de Alzheimer. Se están llevando a cabo pruebas de algunos medicamentos diabéticos para investigar sus beneficios en la enfermedad de Alzheimer. 

¿Cómo se puede prevenir la diabetes?

La prevención de la diabetes no garantiza la detención del desarrollo de la demencia. Pero la diabetes causa muchos otros problemas de salud, así que prevenir el desarrollo de la diabetes es una buena idea en si.  

Tres cambios en el estilo de vida pueden reducir el riesgo de desarrollar la diabetes: 

1. Reducir por lo menos el 5% de su peso corporal. Esto quiere decir, perder 10 libras para una persona que pesa 200. 

2. Hacer un mínimo de 30 minutos de ejercicio cinco días por semana.

3. Comer una dieta sana y baja en grasas.

Es también importante colaborar con su doctor para poder detectar a tiempo las primeras señales de la resistencia a la insulina o la diabetes. Reciba chequeos regulares de su peso, su presión arterial, su colesterol y su nivel de azúcar en la sangre. Aunque usted desarrolle diabetes, su tratamiento y control pueden prevenir complicaciones. 

La Alzheimer’s Association es la principal organización voluntaria de la salud en la investigación y el apoyo del Alzheimer.

Hoja de datos actualizada el Octubre de 2007

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Alimentación


Una nutrición adecuada es importante para mantener un cuerpo fuerte y sano. Comer comidas nutritivas regularmente puede ser un desafío para las personas con demencia. Por ejemplo, la persona puede sentirse abrumada con demasiadas opciones de comidas, puede olvidarse de comer o puede pensar que ya ha comido cuando no es cierto. Comience por evaluar el problema, preguntándose a usted mismo por qué la persona tiene dificultades para comer. 

Dificultades físicas

¿Es un problema físico? Hay muchos problemas físicos que dificultan el acto de comer, como llagas en la boca, dentadura que no queda bien, enfermedad de las encías, o la boca seca.  

Enfermedad

¿Sufre la persona con demencia de otra enfermedad crónica? Problemas intestinales, cardíacos o diabetes pueden producir pérdida de apetito. 

Agitación/distracción

¿Está agitado o distraído? Si es así, la persona con demencia probablemente no se sentará por mucho tiempo para comer una comida completa. Piense usted en cómo reducir las distracciones en el lugar donde come la persona. 

Forma de comer

¿Ha cambiado recientemente usted la forma de comer? ¿Tiene la persona una forma preferida para comer? Algunas personas no están acostumbradas a sentarse la mesa para las tres comidas completas y puede ser preferible hacer varias comidas pequeñas o bocadillos nutritivos.

Ambiente

¿Hay olores o ruidos fuertes en el lugar donde se sirve la comida que pudieran distraer a la persona y hacerle difícil prestar atención en comer?

Calidad de la comida

¿Se ve bien la comida? ¿Huele bien? ¿Sabe bien? Una vez que usted haya evaluado de donde provienen los problemas para comer, puede tomar acción.

Adáptese a las preferencias de la persona 

Recuerde que usted está tratando con una persona que ha tenido preferencias personales y gustos por mucho tiempo. Cuando usted prepare la comida, trate de recordar lo que le gusta y lo que no le gusta a la persona con demencia.

• Sirva los platos de comida por separado, uno por uno. Por ejemplo, sirva puré de papas y después la carne.

• Dé instrucciones simples y fáciles de entender. Por ejemplo, “Levante el tenedor. Ponga un poco de comida en el tenedor. Ahora, llévelo a su boca.”

• Pruebe la temperatura de la comida.  La persona con demencia podría tener dificultad al distinguir si una comida o una bebida está demasiado caliente para comer o tomar.

• Sea paciente. No critique los hábitos de comer de la persona y no le apresure a comer más rápido.

• Hable claro y despacio. Sea consistente y repita las instrucciones con las mismas palabras cada vez.

• Haga uso positivo de las distracciones. Si la persona se resiste a comer, tome su tiempo involucrando a la persona en otra actividad y regrese a comer más tarde.  

• Déle suficiente tiempo para comer. Mantenga en mente que una persona con demencia puede demorar hasta una hora en terminar de comer.

• Haga posible la oportunidad de comer con otros miembros de la familia tantas veces como sea posible.

• Use aparatos para recordar a la persona acerca de la hora de comer. Usted podría intentarlo con un reloj que  contenga números grandes, una libreta de citas con  calendario fácil de leer con letras y números grandes o un pizarrón para mostrar el horario diario.

Ayude a la persona a funcionar independientemente

• Sirva comidas que se pueden comer con las manos o sirva la comida ya cortada en forma de bocadillo.

• Sirva la comida en platos hondos, en lugar de platos llanos o use platos con bordes.

• Use cucharas largas en vez de tenedores.

• Coloque los platos sobre una superficie no resbaladiza, tal como un mantel de tela o una toalla.

• Use tazas y jarras con tapas para prevenir que se derramen los líquidos; llene los vasos a la mitad; use popotes que puedan doblarse.

• Coloque gentilmente la mano de la persona junto a un cubierto.

• Enseñe a la persona como debe de comer, demostrándole un buen comportamiento. Intente ayudarle al poner el cubierto en la mano de la persona con demencia y luego su mano encima de la suya. Luego, los dos levantan las manos a la boca de la persona.

Evite problemas de comer y de nutrición

• Evite darle a la persona nueces, palomitas de maíz y zanahorias crudas que podrían ser difíciles de masticar y tragar. Muela los alimentos o córtelos en pequeños pedacitos. Ciertos alimentos, como el puré de papas, pueden almacenarse en bolsas de plástico y guardarse para ser usado más tarde. 

• Sirva alimentos suaves, tales como, puré de manzana, huevos revueltos y queso suave. Sirva líquidos espesos, tales como licuados, néctares y jugos o sirva un líquido junto con la comida.
 
• Motive a la persona para que se siente derecho, con su cabeza ligeramente hacia delante. Si la cabeza de la persona se inclina hacia atrás, muévala a una posición hacia delante. 

Haga las horas de comer placenteras

• Sirva las comidas en un lugar sin ruido, lejos de la televisión y otras distracciones.

• Evite los platos, manteles e individuales con diseños que podrían confundir a la persona. Use platos de color blanco encima de un individual de color para que la persona pueda distinguir el plato de la mesa. Para hacer más fácil la limpieza, podría optar por usar mantel, servilletas o delantales de plástico.

• Dé a la persona solamente los cubiertos que necesita para la comida.

• Use suplementos vitamínicos solamente bajo la recomendación de un médico y controle su uso.

• Si la persona no tiene mucho apetito, trate de prepararle algunas de sus comidas favoritas; incremente la actividad física; o sirva porciones más pequeñas de comida a ntervalos más frecuentes en vez de tres comidas grandes al día.

• Cuando la comida se haya terminado, inspeccione que la persona se haya tragado toda la comida y que no le quede nada en la boca. 

• Esté alerta a señales de atragantamiento. Aprenda la maniobra Heimlich en caso de emergencia.

• Mantenga en mente que es posible que la persona no recuerda cuando comió o si ya ha comido. Si el individuo continúa preguntando acerca de la hora del desayuno, usted podría considerar en servir el desayuno en varias partes – jugo, seguido por pan tostado y luego cereal.

• Ayude a la persona a mantener la buena higiene bucal. Si es difícil para él/ella usar un cepillo de dientes, intente lavarle la boca con trozos de algodón.  Lléve a la persona al dentista regularmente.


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