Buenas notícias
viernes, 13 de noviembre de 2009
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Esta semana, mi madre ha tenido sendas revisiones -y por separado- con su neurólogo y con su neuropsicóloga. Ambos han determinado por los resultados de los pequeños estudios y tests que le han realizado, que no sólo se ha logrado decelerar considerablemente el proceso de deterioro cognitivo, si no que también mi madre ha puntuado 4 puntos más (antes 21 ahora 25) respecto a los últimos controles que le hicieron en el mes de Julio.
No nos engañemos. No seamos ilusos.
El Alzheimer no tiene cura y mi madre no se va a poner mejor. Pero en este mar de complicaciones y dificultades, el ver que el uso de los parches transdérmicos de rivastigmina y la implementación de un tratamiento regular de estimulación cognitiva ayudan a frenar el proceso, se siente como un flotador al que seguir aferrándose con fuerza.