Una bocanada de aire fresco

jueves, 16 de septiembre de 2010 Leave a Comment


Hace mucho que este blog no me ayudaba a respirar. Hace un tiempo que había perdido un poco la ilusión y el rumbo; creativamente hablando, por supuesto. Hace semanas que había dejado de ser objetivo, de creer en que este 'Diario De Un Cuidador' pudiera aportarle algo a alguien que otros blogs, mejores y más preparados que el mío,  no fueran capaces de hacer. Hace meses que me planteaba como seguir enfocando este espacio con ese espíritu de magia y frescura desde el que siempre lo he concebido; para temas técnicos ya están los demás. 

Hoy algo ha cambiado; para bien claro está. Los cambios siempre son buenos aunque no nos lo parezcan; no dudéis de esto que digo. Hoy he recibido una bocanada de aire fresco. Hoy he vuelto a respirar, a ver detenerse el tiempo; o mejor dicho, a volver a hacer que no exista para mí. Hoy una fuerza suprema me ha escuchado y me ha enviado ese guiño que estaba esperando. Hoy me ha llegado un e-mail con la respuesta a las preguntas que llevaba una eternidad formulándome: '¿Consigo establecer una diferencia con mis palabras? ¿Le ayudan a alguien? ¿Le hacen la existencia más llevadera a otros cuidadores? ¿Constituyen ese granito de arena en la montaña de la lucha diaria de tantos cientos de miles -por no decir millones- que se hayan en mi misma situación alrededor del planeta?'.

El jefe de neurología de un hospital de España me ha enviado unas líneas repletas de oxígeno, llenas de vida, colmadas de esperanza. Han llegado en el momento preciso, ni antes ni después, como cada salvavidas que el Universo, Dios, el Destino o la Suerte -llámalo como quieras-, te va lanzando en cada etapa del camino. Hoy este profesional de ese mundo tan complejo de las neuronas en el que muchos estamos sumergidos, me ha hecho saber que recomienda mi blog tanto a enfermos como a sus familiares. Hoy me he dado cuenta de que vale la pena seguir esforzándome por todos ellos. Y por ellos, por vosotros, vuelvo a tener ganas por continuar con este proyecto. 

No me gustan las medallas, ni tampoco las palmadas en el hombro. Nunca he pretendido robarle el protagonismo a esta terrible enfermedad, ni al 'rol' generalizado del cuidador. Como siempre digo, yo no soy relevante. Mi batalla personal con la enfermedad tampoco lo es. Aquí lo único que importa es lo que hagamos todos en conjunto; lo que aporte cada uno colectivamente. Las guerras no las gana uno. La paz la consigue el grupo, la mayoría. Un granito de arena no cambia el rumbo de una dolencia que afecta a tantos. Pero un millón de granitos tienen la fuerza suficiente como para darle la vuelta al reloj del Alzheimer o de cualquier otra enfermedad. Enfermedades sin cura hay muchas y cuidadores que les plantan cara a diario muchos más, muchísimos, muchísimos más.

Algún día respiraremos tranquilos. Algún día veremos los frutos de nuestras semillas resplandecer bajo el sol y las estrellas. Algún recogeremos las flores de las semillas hoy sembradas. Algún día nos daremos cuenta de que cualquier esfuerzo invertido, por grande o pequeño que sea, no habrá representado una pérdida de tiempo. Algún día, por fortuna, blogs como este no serán necesarios pues males como el Alzheimer formarán parte de un mal sueño pasado que se podrá olvidar sin temor a que retorne. Algún día, cada segundo constituirá una bocanada de aire fresco. Pero, hasta entonces, ahí nos mantendremos, al pié del cañón, dándolo todo para que las generaciones venideras vivan libres, sanas y felices en un mundo perfecto; yo el primero. Si yo puedo, tu puedes. Juntos seremos imparables. Somos ese aire de cambio. Sólo tenemos que creer. Lo demás vendrá solo. Ya lo veréis.