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Nuevas técnicas contra el olvido

jueves, 14 de enero de 2010 0 comentarios


Investigadores del Laboratorio de Neurociencia Funcional de la Universidad Pablo de Olavide han desarrollado técnicas de análisis de la imagen cerebral que permiten detectar in vivo lesiones cerebrales muy tempranas en personas con alto riesgo de padecer Alzheimer. Los resultados de este trabajo, publicados en la revista ‘Cerebral Cortex’, suponen un salto importante en el diagnóstico precoz de la enfermedad, un hecho esencial para combatir el deterioro cognitivo que caracteriza esta patología.

En concreto, el equipo de científicos dirigido por el doctor José Luis Cantero, integrante del Centro de Investigación en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned), ha realizado un estudio en el que se cuantifica la atrofia de diversos núcleos del prosencéfalo basal en ancianos neurológicamente sanos y pacientes con deterioro cognitivo leve. Este subgrupo de pacientes es considerado como una población de elevada vulnerabilidad para padecer la enfermedad de Alzheimer.

Los resultados de la investigación revelan que los pacientes con pérdidas leves de memoria muestran atrofias significativas del núcleo basal de Meynert, una estructura cerebral de la que parte un 80% de las neuronas colinérgicas que hacen sinapsis en la corteza cerebral facilitando un amplio rango de funciones cognitivas, entre las que se encuentra la memoria. Las lesiones en esta área del cerebro mostraron ser más acentuadas en aquellos pacientes cuyas pérdidas de memoria fueron más evidentes.

Con este hallazgo se establece por primera vez con técnicas in vivo una relación entre lesiones cerebrales y afectación cognitiva en los años previos al diagnóstico clínico de la enfermedad de Alzheimer. Nuevas vías. “La pérdida de células colinérgicas en el prosencéfalo basal, y más concretamente en el núcleo basal de Meynert, es un rasgo prototípico de la enfermedad de Alzheimer que podría explicar parte de las alteraciones cognitivas que padecen estos pacientes, como por ejemplo el deterioro de la memoria”, señala José Luis Cantero.

Para este neurocientífico de la UPO, determinar el daño colinérgico con técnicas in vivo durante los años que preceden al padecimiento de la enfermedad abre nuevas vías experimentales y clínicas en las que ya trabaja su grupo de investigación. La importancia de este estudio radica en la posibilidad de determinar, mediante marcadores de neuroimagen, cambios muy tempranos en el cerebro de personas en alto riesgo de padecer Alzheimer años antes de que se produzca el diagnóstico clínico.

Estas lesiones pueden ser detectadas y cuantificadas mediante técnicas de morfometría cerebral aplicadas a las imágenes obtenidas a partir de la resonancia magnética que se le realiza al paciente. Anticipar la enfermedad de Alzheimer mediante la combinación de marcadores biológicos y de neuroimagen es una de las vías más fructíferas para luchar contra la neurodegeneración desde los estadios más tempranos de la enfermedad.

Según comenta el responsable de la investigación, “las nuevas dianas terapéuticas podrían tener su máxima efectividad en las fases más precoces de la enfermedad, por lo que establecer un buen diagnóstico precoz parece esencial para tratar de combatir el deterioro cognitivo que caracteriza a esta patología neurodegenerativa”. Enfermos. El Alzheimer afecta a más de 800.000 personas en España con una incidencia anual de 150.000 nuevos casos, según datos de la Fundación Alzheimer España.

El envejecimiento se consolida como el factor de riesgo más importante, sufriendo esta enfermedad el 8-10% de la población mayor de 65 años. La fase prodrómica de la enfermedad de Alzheimer, conocida como deterioro cognitivo leve, recrea un escenario ideal para estudiar los efectos más tempranos de la neurodegeneración y sus marcadores más eficientes, ambos aspectos de gran relevancia para mejorar el diagnóstico precoz y la eficacia de las nuevas terapias farmacológicas.

Este trabajo es fruto de una intensa colaboración durante los últimos 3 años entre científicos básicos de la Universidad Pablo de Olavide y clínicos de diversos centros hospitalarios, entre los que se encuentra el Hospital Universitario Virgen del Rocío. El proyecto en sus diferentes fases ha sido financiado por el VI Programa Marco de la Unión Europea, Plan Nacional de Biomedicina y la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía a través del programa de proyectos de excelencia.


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Fármaco para la presión reduce la demencia



Científicos descubrieron que un medicamento utilizado para reducir la presión arterial podría ser efectivo para combatir la enfermedad de Alzheimer.


Las personas que toman los fármacos antagonistas de los receptores de la angiotensina o ARA mostraron 50% menos probabilidades de desarrollar demencia que los que toman otros medicamentos para combatir la hipertensión.

Combinados con otros fármacos, los ARA también protegen contra el deterioro que ya sufren quienes padecen la enfermedad, afirman los científicos en el British Medical Journal (Revista Médica Británica). 

La investigación, con más de 800.000 personas, fue llevada a cabo por cientificos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, en Estados Unidos.

Aunque los científicos presentaron los resultados iniciales de su estudio hace dos años, investigaciones posteriores mostraron que los ARA -que normalmente se recetan sólo a los pacientes que no pueden tolerar los otros medicamentos que se consumen de forma más común, llamados inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o ACE- ofrecen más protección de la que se pensaba.

Durante años, los científicos han estado buscando una forma efectiva de proteger contra el Alzheimer o retrasar el deterioro cerebral que provoca ya que, a medida que se incrementan las expectativas de vida, ha aumentado drásticamente el número de personas que sufren la enfermedad.

Los estudios más recientes sugieren que más de 115 millones de personas en el mundo sufrirán demencia para el 2050.

Por otra parte, la hipertensión durante largos períodos puede conducir a daños en los vasos sanguíneos y se sabe que esto aumenta el riesgo no sólo de derrames cerebrales y enfermedad cardiovascular, sino también de demencia.

Algunos tipos de demencia están directamente relacionados con el estado de las arterias que abastecen al cerebro, pero se cree que la hipertensión juega un papel también en la enfermedad de Alzheimer, que está vinculada a la aparición de depósitos de proteína en el tejido cerebral. 

Mejor combinado 

En el nuevo estudio, los científicos analizaron los registros de más de 800.000 individuos, 98% hombres, que recibieron tratamiento para hipertensión entre 2002 y 2006.

Los que tomaban los fármacos ARA mostraron, durante ese período, 50% menos probabilidades de ser diagnosticados con demencia comparados con quienes recibieron los otros fármacos para la hipertensión.

Cuando se tomaban los ARA combinados con los inhibidores ACE, el riesgo incluso se vio más reducido.

Entre los que fueron diagnosticados con demencia, esta combinación de fármacos significó que tuvieron 67% menos posibilidades de ser internados en un asilo o morir prematuramente.

No se sabe con claridad cuáles son las razones por las que el fármaco podría tener este efecto pero se cree que ayuda a prevenir las lesiones en las neuronas causadas por daños en las arterias, o que ayudan a las neuronas a recuperarse después de que el vaso ha resultado dañado.

Los expertos afirman que aunque la posibilidad de utilizar fármacos conocidos para combatir la demencia es muy interesante, es necesario llevar a cabo más estudios para confirmar estos resultados.

"Esto confirma el viejo adagio de que lo que es bueno para el corazón es bueno para la cabeza", afirma Rebecca Wood, de la organización británica Alzheimer Research Trust.

"Podría ser que los ARA protegen a las neuronas de las lesiones causadas por vasos sanguíneos dañados, pero esta teoría deberá ser probada en ensayos más amplios para conocer cómo estos fármacos protegen contra la enfermedad".

"Se pronostica que la población que vive con demencia se duplicará en la próxima generación, así que es urgente la necesidad de investigar y descubrir algún tipo de solución para evitar el trastorno", expresa la experta.

Fuente: BBC

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Café

miércoles, 11 de noviembre de 2009 0 comentarios


A continuación os adjunto la traducción completa de un artículo muy interesante, que mi amigo Fernando de Barcelona me ha enviado, el cual habla de las propiedades positivas del café (cafeína) en relación con el Alzheimer.

El artículo fue publicado el pasado 6 de Julio de este mismo año en 'The Daily Mail'. Si os interesa leerlo en su idioma original, podéis hacerlo pinchando en este link. 

'Cómo dos tazas de café cargado al día pueden "revertir" el Alzheimer'

(Pié de foto: ¿Tiene la cafeína beneficios saludables? El beber dos tazas de café cargado al día podrían mantener a raya el Alzheimer, según un nuevo estudio)

El beber dos tazas de café cargado al día podrían mantener a raya la enfermedad del Alzheimer -e incluso revertir algunos de sus síntomas- sugiere un estudio.

Investigadores han descubierto evidencias de que la cafeína no sólo ayuda a evitar la demencia, si no que también puede tratarla.

A pesar de que los resultados vienen de la investigación con animales, los científicos dicen que son algunos de los experimentos más prometedores de ese tipo que se han hecho nunca.

El doctor Gary Arendash, que lideró el estudio en la University of South Florida, dijo: 'Los nuevos descubrimientos aportan evidencia de que la cafeína podría ser un tratamiento viable para la enfermedad del Alzheimer, y no simplemente una estrategia de protección'.

'Eso es importante porqué la cafeína es una droga segura para la mayoría de personas. Accede al cerebro fácilmente, y parece tener un efecto directo sobre el proceso de la enfermedad.'

Los científicos no están seguros de lo que causa el Alzheimer; una alarmante condición degenerativa que afecta a 700,000 británicos.

La enfermedad está relacionada con conglomerados pegajosos de una proteína anormal llamada 'placas beta amiloides' que se forman en el cerebro, destruyendo las células nerviosas.

Estudios anteriores han mostrado que aquellos que beben café son menos propensos a desarrollar Alzheimer.

El equipo del doctor Arendash estudió a 55 ratones modificados geneticamente para desarrollar los síntomas de la enfermedad a medida que envejecían.

Para cuando los ratones tenían de 18 a 19 meses de edad -lo equivalente a 70 en años humanos- presentaban problemas de memoria y confusión asociados con el Alzheimer.

Los investigadores dieron a la mitad de los ratones agua adulterada con cafeína, mientras que al resto les dieron agua corriente.

Las personas a las que se les administrara una dosis equivalente de cafeína a su peso, estarían consumiendo cinco tazas de 8 onzas de café normal al día. La misma cantidad de cafeína también se puede encontrar en dos tazas de café cargado de cualquier cafetería, 14 tazas de té, o 20 bebidas de cola.

Tras dos meses, los ratones que bebían cafeína lo hicieron mejor en las pruebas de memoria y raciocinio que a los que se les dio agua corriente. Su memoria era el doble de nítida que la de ratones mayores sanos sin demencia.

Los investigadores también encontraron que los ratones a los que se les había dado cafeína, tenían niveles más bajos de beta amiloides en la sangre y el cerebro.

Alrededor de la mitad de la proteína anormal desapareció tras dos semanas, cuando los roedores bebían café, indicó el informe en el Journal of Alzheimer's Disease.

El doctor Huntington Potter, del centro de investigación del Alzheimer en Tampa,  dónde los estudios fueron conducidos, dijo: 'Estos son algunos de los experimentos realizados con ratones más prometedores que se han hecho jamás.'

Los investigadores planean probar ahora los efectos de la cafeína en humanos con demencia.
  • Una gran parte de la población tiene una comprensión muy pequeña sobre las enfermedades mentales que pueden acabar con sus vidas, dijeron ayer los involucrados con esta causa. La mitad cree que hay una cura para la demencia, y un tercio lo ve como una parte inevitable del envejecer. Siete de cada diez piensa que el historial familiar incrementa el riesgo de contraer la enfermedad cuando los factores hereditarios afectan tan solo a unos pocos casos. Uno de cada cuatro, de acuerdo con una encuesta de la Alzheimer's Society, opina que no se puede hacer nada para reducir  el riesgo de demencia - otra suposición incorrecta.

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