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Empezamos una nueva etapa con un artículo que llenará vuestras almas de amor

sábado, 4 de septiembre de 2010 0 comentarios


En esta sociedad tan rápida, fría, caótica, desenfrenada y tan poco llena de magia, amor, compresión, interés y humanidad. En esta existencia física en la que da la perpetua sensación de que todos parecemos ser meras piezas talladas en todo tipo de materiales y texturas sobre un indiscriptible perfecto y misteriosamente diseñado tablero de ajedrez llamado 'vida', una mano a modo de designio, de vez en cuando, y siempre de vez en cuando, hace aparecer historias como las que voy a compartir con todos vosotros hoy. Un relato que, por su simpleza, pureza y naturalidad, hace que uno vuelva a crear en la existencia del amor universal, en la fuerza del destino y de facilidad para conseguir la salvación de nuestro ego en pro de aquel sentimiento raíz del que todos nacimos y formamos parte: el amor, la magia y la humanidad on la que llegamos a este mundo.

No se me ocurre mejor entrada para iniciar esta nueva fase de 'Diario De Un Cuidador', habiéndoos abandonado por propia voluntad al vacío de la falta de comunicación por mi parte, conducido por mi falta ya de ideas con las que manteneros inmersos en este universo de los cuidadores.

Generalmente, acostumbrados como estamos ya a encontrarnos en la primera plana de un diario serio como lo podría ser 'La Vanguardia', notícias relacionadas con la crisis, la xenofóbia, los políticos de turno que no actúan en positivo sino en negativo, y el eterno desespero a no hayar entre sus páginas hitorias que nos hagan estremeceder de amor, felicidad, poisitivismo y romance como si de uno de esos cuentos de hadas que nos relataba nuestras abuelas o madres a la hora de ir a acostarnos se trataran.

Hoy, como muchos de vosotros, he leído un artítulo en el periódico de La Vanguardia que ocupaba su plana central. Una historia de amor. Uuna aventura, una versión actualizada de un cuento de Los hermanos Grimm. Una historia entre un joven y una joven que ha acaparado la atención de tantos y que con su bella simpleza nos ha cautivado a cientos, sino miles.


Os ajunto el enlace a uno de los textos más soñadores, románticos y puros que había leído en mucho tiempo.

Espero que os guste. He aquí el artículo en cuestión. Vosotros seréis los jueces.


Dos cartas publicadas en "La Vanguardia" permiten reencontrarse a dos jóvenes que se conocieron en Menorca

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