,

14 de Abril

miércoles, 14 de abril de 2010 Leave a Comment


Hoy es un día especial. La de hoy, es una de esas fechas significativas que han marcado un antes y un después en mi vida. Y que nunca olvidaré mientras esté vivo y mantenga mi memoria intacta. Hoy, se cumplen dos años del fallecimiento de mi padre. Y a él, le dedico esta pequeña entrada como muestra simbólica de que su recuerdo no ha sido enterrado ni relegado a un segundo puesto.

Mis creencias me hacen sentirme seguro y tranquilo, porque sé que somos energía eterna viviendo una experiencia humana. Y que tras todo aquello que tenemos que aprender, experimentar y compartir o enseñar, volvemos al lugar de donde hemos venido para reunirnos con los que se han ido ya y queremos. Somos seres perfectos y eternos que venimos de la luz, la paz y el amor, para vivir en la realidad física de este mundo de las emociones. La muerte o la enfermedad hay que verlas como lecciones de enriquecimiento y superación. No como estigmas o un final a quiénes somos.

Hoy rememoro a mi padre por mi madre y por mí. Y le doy las gracias por sus enseñanzas y amor, por guiarnos en todo momento y por haberme demostrado tantas veces que la muerte no es el fin, si no un principio. No me acuerdo de este día con dolor por tu pérdida. Me acuerdo de este día con alegría por tu renacimiento.